Un día, en medio del tratamiento, me animé a compartir mi historia por Instagram.
Porque necesitaba sacar lo que sentía.
Sin esperarlo, empezaron a llegar mensajes.
De muchas mujeres que estaban viviendo lo mismo.
Me contaban que se sentían solas, incomprendidas…
Con un nudo en el pecho que nadie parecía ver.
Ahí entendí que no era la única.
Y que hablarlo podía ser una forma de sanar.
Así que decidí crear un grupo de WhatsApp,
solo para nosotras. Un espacio para decir lo que sentimos de verdad, sin tener que fingir fuerza, sin filtros, sin miedo.
Si tú también estás pasando por un proceso de fertilidad, te invito a unirte.
Aquí hay un lugar para ti.
Después de muchos años de relación, llegó el momento en que dijimos: “Queremos ser papás”. Lo dijimos con ilusión, con amor, como si fuera algo que simplemente pasaría.
Yo estaba con el hombre con el que siempre había soñado formar una familia.
Fuimos a hacernos exámenes y nos dijeron que todo estaba bien, que empezáramos a intentarlo y que, si a lo largo del año no quedábamos embarazados, volviéramos a la clínica.
Estuvimos un año bien juiciosos haciendo la tarea, pero los meses pasaron, las pruebas solo daban negativo, y fue ahí que decidimos ir a una clínica de fertilidad.
Y ahí, con un examen de sangre sencillo, llegó la noticia: mi hormona antimulleriana estaba casi en 0, y David también tenía alteraciones. Así que éramos los dos con dificultades.
Si te lo estás preguntando: ¿cómo afectó esto nuestra relación? Te lo cuento.
Cada uno estaba cargando un peso enorme de culpa encima, pero en silencio, porque no éramos capaces de expresarle al otro cómo nos estábamos sintiendo.
Hasta que un día decidimos tener una conversación valiente… y nos dimos cuenta de eso.
Ahí decidimos hacer lo que siempre hemos hecho: ser un equipo.
Porque ahora, más que nunca, necesitábamos estar fuertes, unidos y sincronizados.
Ahora, te soy honesta: yo me sentía rota de muchas maneras.
Sentía que ni eso que es natural era capaz de hacer. Sentía que todo estaba mal conmigo. Me hundí.
La posibilidad de que no iba a poder ser mamá cada vez se veía más lejana.
Me dolía ver a otras mujeres embarazadas.
Obvio me alegraba por ellas, pero las preguntas ¿por qué yo no? ¿por qué no puedo? inundaban mi cabeza.
Sí… me sentía culpable, triste y con rabia, pero como te dije antes, en silencio.
Gracias a Dios llegó el momento en que David y yo pudimos hablar del tema, y eso alivianó un poco los sentimientos.
Pero igual sentía que no me entendía del todo. No porque no quisiera, sino porque era difícil de entender.
Después de un tiempo con el tratamiento de fertilidad, decidí contar mi historia en Instagram. No esperaba nada, solo necesitaba sacarlo.
Pero empezaron a llegar mensajes de muchas mujeres que estaban viviendo lo mismo que yo.
Hablando horas y horas con cada una de ellas, entendí que esto mismo lo han vivido —y lo viven— cientos de mujeres.
Me di cuenta de que hablar, así fuera a través de una pantalla, se sentía bien.
Era como un abracito al corazón.
Decidí crear el grupo para todas estas mujeres… y para mí.
Ahí encontré un apoyo increíble. Y no solo yo: muchas mujeres. Nos apoyamos en cada prueba negativa y celebramos cada “positivo”.
Se creó una comunidad muy linda de mujeres.
Mi proceso de fertilidad no fue lo más esperanzador.
Mientras otras mujeres, en una extracción de óvulos, lograban obtener 10 o más… yo, a duras penas, lograba tener 1 o 2.
Y, ya que estamos siendo honestas: sí, también tuve ciclos donde no quedó ni uno.
Pero un día, mi hermano —que es súper inteligente y dedicado— encontró un experto en genética de la Universidad de Harvard.
Este doctor había hecho un experimento en ratones totalmente infértiles… y logró que volvieran a ser fértiles.
Después lo probaron en mujeres con menopausia… y lograron que volviera su período. Todo esto con unas pastillas.
Viendo cómo estaba el panorama, le mostré esas pastillas a mi médica, y me dijo: “Está bien si las tomas, no va a afectar el tratamiento”.
Así que empecé juiciosa con ellas… y la ciencia hizo lo suyo.
¡Llegué a producir 8 óvulos en un ciclo! Para mí, eso era algo increíble.
En fin, llegó nuestra primera transferencia.
Yo estaba demasiado ilusionada, esperando ver 2 rayitas en mi prueba… pero no.
No fue exitosa.
Ufff, no te voy a negar que eso me dio durísimo.
Recuerdo que ese día estaba sola en casa y solo pude sentarme a llorar…
Pero bueno, había que seguir con el tratamiento.
Aún no nos dábamos por vencidos.
Y gracias a Dios seguimos… porque, después de casi 3 años y de muchos “no”, llegó el día de ver 2 rayitas.
Después de la segunda transferencia.
Ese día fue muy emocionante para mí, para mi esposo, nuestra familia y amigos.
Todos estaban muy pendientes de vernos cumplir el sueño de ser papás.
En fin, este es el resumen de la historia de cómo Ali llegó. Ya el embarazo, el parto y la crianza… son otra historia.
No fue planeado. No fue pensado como una comunidad gigante.
Solo fue una necesidad compartida.
Un espacio de WhatsApp, solo para nosotras.
Para decir cómo nos sentimos de verdad, para abrazarnos sin vernos,
para acompañarnos en este proceso tan íntimo, tan duro y tan lleno de esperanza a la vez.
No importa en qué parte del proceso estés.
Si apenas estás empezando, si ya llevas años, si estás tomando decisiones difíciles…
Aquí hay mujeres que lo entienden. Porque lo han vivido. Porque lo están viviendo.
Si sientes que necesitas hablarlo con alguien que no te diga “relájate”…
Si estás cansada de sentir que eres la única…
Solo quiero que sepas que existe este grupo.
No es perfecto. No tiene todas las respuestas.
Pero tiene algo muy valioso:
presencia real, compañía honesta y apoyo sin juicio.
El tratamiento lo hicimos en la ciudad de Medellín, en la clinica de fertilidad InSer
Las pastillas que tomé fueron NMN´s. Obvio lo consulté antes con mi medico y te recomiendo hacer lo mismo antes de empezarlas a tomar, todos los organizmos son diferentes.
Sé que a mi me funcionaron, porque con las primeras extracciones de ovulos logramos obtener 4 en total y al tiempo de estar tomando las pastillas en una sola extracción logramos obtener 8.
Si estas en Colombia, haz click aquí para hablar con la persona que me ayudó a traerlas.
Tanto mi esposo como yo teniamos dificultades sin embargo descubrimos que yo tenia la hormona antimulleriana muy baja, Para que te hagas una idea… lo ideal es entre 3 y 4 mg y yo la tenia en 0.16.